Hace algunas semanas leí este interesante artículo llamado “La Sociedad Inteligente del Futuro No es Como en Ciencia Ficción”, cuyo título original en inglés es “The Smart Society of the Future Doesn’t Look Like Science Fiction” publicado en el Harvard Business Review.
En este artículo se explica, en qué consiste una sociedad inteligente basado en un estudio de modelos aplicados, que al final convierten en referencias, los casos exitosos y marcan las pautas para el desarrollo de lo que debería ser una sociedad desarrollada.
Todo esto nada tiene que ver con Ciencia Ficción.
La versión original del artículo la pueden ver a través del siguiente enlace:
https://hbr.org/2017/10/the-smart-society-of-the-future-doesnt-look-like-science-fiction
El que pueda leerlo en inglés, recomiendo su lectura, el que no, intentaré dejar por esta vía algunas ideas generales
Lo primero es, que las sociedades del futuro no tienen nada que ver con coches voladores, tele transportación o camareras robot, sino del progreso en circunstancias cotidianas como las mejoras en información sobre el tráfico, los pagos inalámbricos, los servicios públicos, etc. No es un sinónimo de IoT sino una referencia de bienestar en nuestros estilos de vida.

En este sentido, una sociedad inteligente se define por la capacidad que tiene un gobierno de mejorar el bienestar de sus ciudadanos, la fortaleza de la economía y la eficacia de sus instituciones.
En la actualidad, los gobiernos y las universidades trabajan para crear estándares de “Smart Societies”.
Se estima que el mercado mundial de las tecnologías inteligentes aumentará de $1.6 millardos en 2020 a $3.5 millardos en 2026.
Premisas
Existen unas premisas que estas sociedades deben cumplir para ser consideradas como inteligentes.

Primera premisa: ni la “inteligencia” ni la “tecnología” son los objetivos en sí mismos. Una sociedad inteligente debe estar definida por sus resultados y la tecnología, debe ser el instrumento para lograrlo.
Segunda premisa: identificar los modelos de “Digital 5”. Para esto se han identificado los gobiernos de los países más avanzados en materia digital: Estonia, Israel, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Reino Unido.
Los objetivos de estos gobiernos son proveer el mejor servicio público digital y compartir las prácticas de su alto rendimiento digital, para admitir a nuevos países en el grupo.
Metodología
Existe una metodología de clasificación que se basa en colectar indicadores que cubran 3 áreas fundamentales:
- El bienestar de sus ciudadanos,
- La economía
- El estado de las instituciones.
El gobierno de cada país se mide según estos indicadores y el resultado se compara con el punto de referencia para evaluar el progreso de cada uno, crear patrones y establecer prioridades.
Patrones de desarrollo
Los principales patrones que ofrecen modelos de referencia para otros países son:
- Instituciones fuertes: por ejemplo, Estonia destaca en este punto porque ha implementado el e-solutions ,lo que ha traído como resultado, un alto nivel de transparencia gubernamental y fácil acceso de sus ciudadanos a los servicios públicos.
- Fuerte innovación: a través de su iniciativa Digital, Israel ha logrado grandes beneficios en el área de desarrollo de negocios por su conectividad a gran velocidad.
- Gran bienestar: el gobierno de Nueva Zelanda implementó la tecnología digital como instrumento para interactuar con sus ciudadanos y donde han podido mejorar en temas de inclusión, ambiente y talento.
- Servicios públicos de calidad: a través de la iniciativa Government 3.0 Corea del Sur provee servicios públicos personalizados a sus ciudadanos.
- Fortaleza económica: históricamente, el Reino Unido ha sido una de las economías más importantes del mundo y un actor estrella entre las economías digitales de la Unión Europea.
Todos estos ejemplos, que sirven para ilustrar la metodología utilizada, sugieren que el Benchmarking puede ayudar a los gobiernos a mejorar sus capacidades y a usar la tecnología para desarrollar Smart Societies.

Así es como la tecnología digital, sirve como instrumento de apalancamiento para que los gobiernos desarrollen servicios públicos de calidad, superen las desigualdades, interactúen directamente con sus ciudadanos y ofrezcan soluciones personalizadas de forma eficiente.