Mucho se habla y se escribe hoy en día sobre los hábitos de las personas al levantarse por las mañanas, morning routines. Que si la rutina de los exitosos, la de los productivos, la de los grandes ejecutivos, la de los emprendedores,  la de los japoneses, la de los millennials y así sucesivamente.

No me considero ninguna de los anteriores, soy una persona normal que debe levantarse todos los días a la misma hora para ir a trabajar. Soy mujer, soy profesional, debo cumplir un horario, debo lidiar con el tráfico, es decir, vivo como la mayoría de las personas en cualquier ciudad del mundo.

Mis mañanas de lunes a viernes

Tengo varias rutinas mañaneras que practico desde hace años y que me resultan muy agradables y difíciles de romper. Luego hay otras que he ido agregando o sustituyendo o eliminando de acuerdo a la dinámica de la vida diaria, nuevos retos, etc.

Entre las rutinas que tengo desde mi larga juventud y que difícilmente cambiarán, están el ducharme al levantarme y disfrutar de mi desayuno, sentada en la mesa bebiendo con calma mi café con leche caliente. Es de esas cosas que me motivan a levantarme.

Me resulta pesado levantarme tan temprano, pero como normalmente ceno muy poco, disfruto sentarme a la mesa a comer mi desayuno y disfrutar el placer que me da mi bebida caliente. 

Luego existen otras rutinas que han ido variando a los largo de los años según el lugar donde me encuentre trabajando, el horario que deba cumplir, la llegada de nuevas tecnologías y hasta del despertador.

Rutinas de ayer y de hoy

Por ejemplo, la ducha. Normalmente, me gusta el agua tibia. En mi ciudad solía ducharme con agua “fría” que, en realidad, no es muy fría. Aunque al principio era un poco duro meterse debajo del chorro de agua, a los 30 segundos me resultaba placentero y refrescante.

Ahora que vivo en Europa, y en medio de la estación fría, no puedo decir exactamente lo mismo. Me ducho con agua más bien calientita. Sin embargo, al final de la ducha, remato con el agua helada que sale de la tubería. Es genial. Me despierta, me circula la sangre, me quita el frío y salgo lista para seguir adelante. Mi piel lo agradece.

Otra cosa que he agregado en los últimos meses, es que al apagar el despertador, hago exactamente 4 minutos de ejercicios de estiramientos mientras sigo en la cama. Son ejercicios muy sencillos que me ayudan a entrar en calor, a estirar los músculos, especialmente de los brazos, de los hombros, el torso y de los muslos. De ahí, salgo directo a lavarme los dientes y a la ducha.

Una vez salgo de la ducha y sigo mi rutina de ponerme las lentillas y usar crema hidratante para el cuerpo, me visto (normalmente no tengo la ropa lista o escogida, así que lo decido en caliente) y es cuando enciendo mi teléfono, abro las ventanas y voy a la cocina a preparar mi desayuno.

Como no dispongo de mucho tiempo, siempre como algo sencillo que me resulte delicioso. También puede depender de lo que tenga en la despensa. Lo primero es tomar un vaso de agua en ayunas. Mi menú suele ser una tostada con queso, jamón, tomate y un poco de aceite de oliva. Trato de incluir fruta como la papaya, banana, frambuesa o arándanos. Otras veces como cereal con frutas. Y alguna vez una tortilla francesa, con un poco de queso. Siempre acompañado de café con leche.

Social Media

Mientras estoy comiendo, suelo leer en Twitter, Facebook o Whatsapp. Me pongo al día con las noticias de mi familia y el mundo. Me entero de lo que ha pasado durante mis horas de sueño, leo los titulares de la prensa y todo a través de mi mini iPad.

Después de comer y desde que me he levantado, ya han pasado aproximadamente 30 minutos, lo que me deja apenas tiempo para la rutina de “ir al baño”, lavarme los dientes, maquillarme y peinarme.

Podría resumir toda mi rutina diaria matutina en los siguientes puntos:

  1. Estiramientos
  2. Ducha (fría)
  3. Desayuno (proteínas y frutas)
  4. Número 2
  5. Make-up

Manejo del tiempo

Calculo al menos una hora cada día para estar lista. Como en todo, hay días fáciles y días difíciles. Tampoco tengo tiempo para el sexo mañanero entre semana, pero en general, salgo bien dispuesta a realizar lo que me corresponde. También escucho música en Spotify para motivarme y canto mis canciones preferidas.

Por cierto, el despertador que he usado durante muchos años, siempre ha sido el del móvil. A partir de este año, he estado usando la app de control del sueño del iPhone. Me recuerda cada día la hora a la que debo ir a dormir y el despertador del canto de aves me resulta MUY agradable.

Mi rutina de fin de semana es muy diferente. Para empezar no uso despertador, duermo por lo menos 2 horas más de lo habitual. También me engancho más con las redes sociales mientras sigo en cama. Y una vez levantada, desayuno primero y me ducho después. Todo de una forma más relajada y sin estrés, cosa que se agradece enormemente.

¿Y tú?

¿Cuál es tu rutina matutina de éxito?

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