DESEMPLEO O EMPRENDIMIENTO: QUE LA FUERZA ESTÉ CONTIGO
Hoy en día se habla sobre emprendimiento en todas partes del mundo, lo que me ha llevado a pensar sobre lo que eso significa para mí como mujer y como venezolana. Es el emprendimiento ¿algo innato a las cualidades personales? O más bien ¿a la cultura? O será ¿a la educación?
Es un concepto básicamente anglosajón que se ha difundido al resto del mundo, como reflejo del éxito de innumerables casos globalmente conocidos. Cuando pensamos en “entrepreneurship” solemos imaginar a Steve Jobs o a Bill Gates trabajando en garaje de su típica casa americana, diseñando un aparato altamente tecnológico que revolucionará la vida de la gente en el planeta. Sin embargo, para nosotros en nuestro continente, podría ser igualmente, un gestor que hace gala de sus contactos en el ministerio para agilizar trámites engorrosos que de otra manera, tomaría meses en realizar.
Deberíamos comenzar con las definiciones formales. Según Bruce Bachnheimer, director ejecutivo del Laboratorio de Emprendimiento de Pace University, entrepreneurship o emprendimiento “es algo que va más allá de la creación de un nuevo negocio, es más bien una manera de pensar y actuar. Se trata de imaginar nuevas formas de resolver problemas y crear valor”.
En el site www.businessdictionary.com lo definen como “la capacidad y la voluntad de desarrollar, organizar y gestionar negocios con todos sus riesgos con la finalidad de generar ganancias”
En pocas palabras, un emprendedor exitoso es aquel que logra transformar ideas en negocios rentables. En este espectro caben igualmente tanto Mark Zuckerberg como la señora que vende empanadas en Chichiriviche los fines de semana por las mañanas. Es aquí cuando debemos agregar otros conceptos que están más atados a una cultura que a otra: innovación, creatividad, liderazgo, eficiencia, recursos. Pero también está ligado al entorno, la educación, los estímulos a la productividad, el desarrollo tecnológico y un largo etcétera.
Siendo un concepto muy estudiado y difundido en Estados Unidos, se puede decir que la cultura y la educación son pilares fundamentales en el éxito de los emprendedores. Más allá de las cualidades personales que se supone debe tener un emprendedor, están los temas culturales que hace que una sociedad se destaque por el éxito de este tipo de iniciativas. He leído varios estudios donde se indican que Venezuela tiene un alto nivel de emprendimiento, no lo dudo, el problema radica en que la mayoría se quedan en un estatus de informalidad que impiden que crezcan y generen riqueza para el país. Aquí es cuando podemos hablar del problema del entorno pero también del cultural. En España como en Italia o la mayoría de los países del sur de Europa, se creó un tejido industrial basado en empresas familiares, que conformaron la base del desarrollo en esa parte del continente. Las industrias textil, alimentaria, vinícola, etc. fueron creadas por familias que se convirtieron en la burguesía que generaron riqueza para el resto de la población. Crearon buenos productos, generaron empleo y desarrollo industrial.
Hoy en día, debido a la crisis y a la globalización, casi todo este tejido ha desaparecido. Entramos en el mundo de la tecnología y es cuando comenzamos hablar de “start-ups” o emprendimientos pequeños que puedan volver a generar riqueza en sociedades severamente golpeadas por el desempleo.
Según el Global Entrepreneurship Monitor “Desde el año 2000, se ha podido observar que las tasas de actividad emprendedora más elevadas corresponden a países y territorios en vías de desarrollo, en los cuales una parte de la población tiene que emprender por falta de otras alternativas de trabajo, es decir, por necesidad, por ejemplo: China, India, Brasil, Perú, Marruecos, etc. Otros países y territorios tienen tasas importantes de actividad emprendedora debidas a la propia tradición empresarial de su población, por ejemplo: Estados Unidos, Nueva Zelanda, Cataluña, etc.”
Con el desarrollo de aplicaciones, hoy en día se pueden desarrollar productos y servicios basados en internet que pueden generar rentabilidad para una cantidad enorme de profesionales estancados en el desempleo. Pero para eso hace falta el conocimiento de las nuevas tecnologías, tolerancia al fracaso, resiliencia y mucha creatividad. Pero sobretodo, motivación. Es la nueva economía, la economía del siglo XXI. Sacar provecho de las nuevas tecnologías, las buenas ideas y de una personalidad emprendedora para echarse al ruedo y salir adelante los próximos 20 años. En la mayoría de los países desarrollados están promoviendo con mucha fuerza, esta nueva era económica. En los países menos desarrollados, aun cuando hay muchas oportunidades, las iniciativas se ven truncadas por formalismos, malas condiciones jurídicas, políticas y de servicios. Pero sobre todo, truncadas por la cultura de la informalidad y el oportunismo.
Este escrito no tiene ningún valor documental sino más bien reflexivo. Me gustaría saber lo que piensan. El resto, se los dejamos a los expertos y si quieren saber más, aquí les dejo algunos links donde podrían encontrar más información.